casa guerrero-alberto campo baeza

LA CASA DE LAS SOMBRAS. Alberto Campo Baeza


El propio Alberto Campo Baeza la llama la Casa de las Sombras y nada más cerca de la realidad, una vivienda llena de luz y sombras equilibradas, elementos con los que el arquitecto es capaz de crear algo tan contradictorio como una “oscuridad luminosa”.

“Cuando un arquitecto descubre que la luz es el tema central de la arquitectura, es cuando empieza a ser un verdadero arquitecto. La luz es el material más hermoso, el más rico y el más lujoso utilizado por los arquitectos. Y para hacer presente la luz, para hacerla sólida, es necesaria la sombra. La adecuada combinación de luz y sombra suele despertar en la arquitectura la capacidad de conmovernos en lo más profundo, suele arrancarnos las lágrimas y convocar a la belleza y al silencio”.

Hablar de Alberto Campo Baeza es hablar de luz, de escultura y de abstracción, elementos que podemos identificar claramente en esta vivienda, la Casa Guerrero (casa de las sombras), situada en Vejer de la Frontera (Cádiz).

casa guerrero-alberto campo baeza

Para crear esa oscuridad luminosa de la que hablábamos, el arquitecto imagina unas paredes de unos 8 metros de altura y un patio central de 9×9 metros, que al estar delimitado por estas altas paredes, se convierte en un espacio umbrío, a pesar de los cielos casi implacablemente luminosos de Cádiz. La casa se cierra en estas paredes y a través de los patios se abre al cielo. En palabras del arquitecto, se trataba de cerrar la vivienda a un entorno inmediato que no es agradable. Una pauta que sorprende, cuando la premisa a la que estamos acostumbrados es a esa relación de la vivienda o la arquitectura con el entorno, incluso a forzar esta relación. El arquitecto demuestra que la belleza de la arquitectura puede estar únicamente ligada a su propio yo, desvinculada de lo ajeno, cerrada al paisaje. Esto da lugar a una apariencia externa casi abstracta, una escultura blanca inmaculada, un minimalismo extremo muy frecuente en el trabajo del arquitecto, pero que aquí alcanza una pureza y simplicidad enriquecidas por el movimiento de la luz. LA LUZ…

Es el MATERIAL con el que se construye la arquitectura. La arquitectura es más que sólo la Función o la Construcción o la Belleza.

Es el MATERIAL más lujoso, VALE MUCHO.

Es el MATERIAL más económico, NO CUESTA NADA, se nos da gratuitamente.

La LUZ es la clave de la arquitectura.

El interior se abre a los patios mediante grandes vanos, controlando la entrada de luz a través de dos galerías o porches de 3 metros de profundidad, creando espacios sombreados en el interior, y dando lugar a un juego de luces y sombras arrojadas en los impolutos muros blancos.

casa guerrero-alberto campo baeza

casa guerrero-alberto campo baeza

casa guerrero-alberto campo baeza

casa guerrero-alberto campo baeza

Las paredes y muebles sencillos desprovistos de cualquier tipo de decoración reflejan el deseo del arquitecto de crear un espacio minimalista, donde la arquitectura es la principal protagonista. Los árboles aislados presentes en los patios confirman esta reducción a lo esencial.

casa guerrero-alberto campo baeza

casa guerrero-alberto campo baeza

Sorprende que muchos de los elementos de los que hablamos en este post, como son la luz, las sombras, los juegos entre las mismas, sus proyecciones en los muros, los analizábamos en un anterior post dedicado a Luis Barragán, y es que Campo Baeza se declara un fiel admirador del arquitecto mexicano. Ambos son capaces de pensar la arquitectura desde el exterior, un exterior controlado, en este caso patios, de forma que la incidencia de la luz sea capaz de transformar el interior.

“A Barragán le adoro, pero no es tanto copiar a Barragán, aunque me puedo inspirar en ciertos momentos, como traducir arquitecturas vernáculas, en este caso andaluzas. En Andalucía es típico casas con patio adelante y patio atrás. En el caso mío las radicalizo, el patio se queda enteramente cerrado, pero al final creo que son arquetipos”.

Para Alberto Campo Baeza la casa es un tema central de la arquitectura. Muchos de los elementos de los que hoy hablamos los explora igualmente bien en otros de sus proyectos residenciales, como la Casa Gaspar, también situada en la provincia de Cádiz (Zahora) o la Casa Turégano, en Pozuelo de Alarcón, y de las que algún día hablaremos. El mismo bromea en alguna entrevista que hay quien le dice: “Alberto, has hecho tres casas nada más, aunque hayas hecho ocho, diez, doce…casas, al final son tres nada más”. Y es que si bien en la obra residencial del arquitecto aparece como arquetipo la casa patio, no podemos decir que este hecho se traduzca en tipos arquitectónicos. Campo Baeza combina elementos muy bien explorados que en cada proyecto adquieren una dimensión distinta y que ha dado lugar a una extensa obra residencial de notable interés arquitectónico.

“Entiendo que las casas son momentos muy precisos.”